Soy uno de los hombres
decepcionados
de las alternativas
un observador
de las causas perdidas.
Soy un joven sin esperanza
que ayuna utopías
rompe libertades
inventa ataduras. Solapada
la vida es más como con Visa.
Todos los días y años del futuro
remoto son fallido intento
faltada memoria
fósil lucha
torpeza vital. No, el mundo no va a cambiar,
ni veremos amanecer una nueva civilización
ni dejaremos un mundo de infancias gratas
ni podremos sembrar caminos de alegría
ni mucho menos frenar a los aniquiladores totales.
No. Soy un hombre
desilusionado
del tiempo, el entorno, los hombres
y las mujeres, de la historia conocida, vivida, testificada.
Soy eso, una herida, un quebranto, algo marchito y duro.
Como prejuicio religioso o dogma teológico,
como estatuto constitucional, como precepto ético,
como ley científica, mi credo es el fatalismo, como el pesimismo
de los ilustrados españoles. Si existe una leyenda negra de España
existe una realidad oscura que también es leyenda negra
llamada siglo XXI. Soy uno de los hombres
decepcionados de la vida. Sin llanto camino con la cabeza gacha
mastico hojas y olvido, remedo autores del momento.
Soy eso que no es llanto ni lamento,
porque soy una desilusión toda de tiempo roto
roto como mis adentros,
como mi nombre,
como mi sentir y mi voz,
como eso que canté y no fue nada.
Desilusión… soy eso.
como mi espíritu.
Triste poema de la desilusión, muy bien logrado. El simple hecho de que existan poemas así ya es un recordatorio de que a pesar de la decepción, siempre queda algo bello que admirar en la vida.
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se aprecia el comentario y la visita. La desilusión, de muchas maneras, moviliza también un afán, en mi caso poéticamente enunciativo, de contraponer la frustración del momento del candor de lucha también presente. Abrazos desde Xalapa.
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