¿Qué del profundo ser del tiempo
colecta tu vista? ¿Qué de lo efímero
resguarda el cincel de tu aliento?
¿Qué forma tiene tu secreto llamado pasado?
¿Esgrime tu cuerpo un tiento y un vértigo?
¿Es de tus manos un recorrido la silueta de tu voz?
Torpes indagatorias las mías ¿Qué del infinito
escondes en tu piel? ¿Qué del viento corre por tu sangre?
Igual que una onda en el agua la espiral de tu incógnita
ensancha el eco de mi imprecisión e incertidumbre.
No soy la pieza clave de los años venideros
ni la gota de esperanza de un amor macizo
o el terraplén de la quietud y el consuelo.
Torpes indagatorias las mías y esa torpeza escribe
un algo confuso asomado al solar de tu existencia.
¿Qué de los juegos y de los años
y de las comidas familiares
almacena tu aroma
y confunde tu pelo y tu sonrisa?
¿Qué de todo lo que se mueve en ti
y en torno tuyo
eres tú
y qué es todo eso ajeno
-como yo de ti-
que reverbera instantes intersectos
en la periferia de tu tacto?
¿Qué es eso que te envuelve
y que sopla
un efigie de ternura y calidez?
¿Acaso mi miopía reduce tu aura
a un trayecto de eternidad
que sacude -quizá sólo el mío-
el universo todo en sus cimientos longevos?
Escribo aquí esta torpe relatoría
y veo mi documentación rotunda
que eres tú entre mis pensamientos,
entre mis angustias,
entre mis deseos,
entre mi ser y ese enigma que eres
a cada paso mío en la ciudad,
en cada minuto de mi torpeza,
ora nocturna ora matutina,
en la sopa del medio día y
en la arqueología de mi presente
-sin ti- o en el archivo de los golpes
de amores viejos y oxidados
o del motor que aceitas -este corazón mío-
sin que te lo propongas ni lo busques ni lo intentes quizá.
Con el otoño
mi indagatoria sobre ti
no es más que una hoja seca
de una existencia tuya
que no alcanzo,
que invento para mí mismo
porque necesito creer,
como el hombre primitivo,
en algo como una madre-diosa
o como una amiga
o como una sincera cascada de emociones para un preso liberto.
¿Qué de las noches está escrito
en la cúpula de tu pensamiento
y qué es noche en ti cuando piensas y deseas y quieres?
¿Es mucho este cuestionarme sobre ti?
¿Es mucho, tal vez, pensarte así?
Escondida en esta luna llena de hoy, que es de otoño,
se levanta una luz titilante en mí.
¿Durará hasta el próximo verano?