Los jóvenes pasan cantando
frente a la calle sin nombre
mirada en acción su voz
derrame de generaciones venideras
todos los años de la luna llena.
Juegos en el césped y acrobacias
partida la tarde con el atardecer
lengua audaz y canto acompasado con palmas.
Frente a la cordillera vecinal
el ángulo mustio es espíritu de cartón
y la casa que lo habita es como de tiempos victorianos.
Los niños huyen de su cercanía
pero los jóvenes acuden con guitarras y flores.
La presencia es festiva y la primavera lo sabe.
Todo es el festín de la lluvia que cayó en la tarde
todo es una frescura inocente abierta a la bondad.