Un torpedo emocional
circundando el foso
del presente
irrumpe y taladra
los días, entonces, ¿qué
parece una marmota
sonriente? Un día soleado.
Pero si el odio, submarino
de vivencias y frustraciones,
colapsa la estructura del pasado,
no dilapidamos los átomos miserables
del unicel amoroso al proclamar
que una tarde de invierno
los riscos del dolor esculpían
la figura misma de un recuerdo.
¿Pensamos entonces que esto
puede ser escritura o sentimiento?
Ninguna espora de melancolía,
por más abismal que sea su explicación,
conquista la insigne multitud del pensamiento.
Categorías:Rómulo Pardo Urías escribe