Esta cadencia monótona
no es rima ni verso
no es nada descriptible o soleado.
Todos los días grises de la vida
conspiran porque hoy es más rancia
la existencia, porque encima
de las lucubraciones indagatorias
-esos rumores de muchedumbre
hostil al tacto de la mañana- canta
una perla de silencio las agonías anquilosadas
de la demiurgia del ser: todo un envase
demacrado por el cartón del alma.
Enquistada la vista, remite a una rama
torcedura del árbol del conocimiento,
pero entre las acciones del ayer
navega torpe el cansancio del mañana.
Esta monotonía que no es poesía
porque la rima golpea, es el tedio
del acto más torpe del mundo:
la verbalización de un estado mental
raquítico, que deviene una llamarada
de aburrimiento continuo todas las tardes del sol.
Categorías:Rómulo Pardo Urías escribe