Decapita mi tiempo
un álgebra enmudecida
que de números tiene
fechas caducas
en el calendario del pensamiento.
Todas las geometrías de este dolor
inmenso, inmensidad quebrada contra
el rumor insigne y los años,
narran cúbicas lontananzas de amistades
perdidas, de cafés y cigarrillos,
vocales del espacio, tuerca y símbolo
alfabético, que es la urdimbre
infértil, locación certera,
escena, siempre, cabalgar la alegría
de estar en la playa del olvido.
Soplaban en el firmamento
luces y polvo
las amarras del amor juvenil
pero dejaron aquí, donde
esculpe su asombro la existencia,
las moronas decaídas, falsas, del presente.
Categorías:Rómulo Pardo Urías escribe