Manejar silencios es un
trueque emblemático:
si mirar otredades
es un don, ¿qué de nosotros
columpia ruidos?
Hijos somos,
nacimos, cultivamos
las sendas prófugas
del amar, silencios
somos: bocas y abrazos,
don de alegría, de lenguas don,
traducir el espacio en sueños.
Si quebrar el dolor
es iluminación, entonces
¿donde nacemos
creemos tu magia,
madre? Rebelión
del uso patriarcal
de la mirada ¿Existes
tendón de feminidad?
No es un saltar las rendijas
del mutismo
la insignia de tu vida:
experiencia inconclusa
ese romance tuyo
pasto del mito celeste.
