Entonces, sí, conocer,
acaso la mitad del fastidio
somos, sí, emblemas
todas las letras
indómitas. Mareas
con salitre de tiempo,
esbelta fibra, alfabeto,
silencio, ocaso, sí, acaso
mitades insufribles: poesía
e historia, episteme.
Añoranza, esa edad de la inocencia,
del trauma, neurosis, los tendones
raquíticos del porvenir.
Construyo sistemas de sistemas
—sistematicidad destructiva de lo inconsciente—
rompo la lógica, tiento, de Aristóteles
el legado, de Netzahualcotl el verso,
tiento, acaso —ocaso neoclásico—
de Luzán y las Españas —etnocéntrismo
dualista, criollo— en este barrote
nombre espacio de tiempo roto:
rotura, sí, mitad es, somos, estar
en la costilla de Eva —erotismo
falaz— contra el pecado,
contra todos los pecados
de todas las mitologías.
Construyo un sistema
post pre trans humano.
Globo, mi voz, boca
mi escritura, canto
arena la playa homérica.
Futilidad, también,
este sistema, sistamatismo
escueta fragancia —al polvo
de los años y las generaciones—
marea, siempre, mitad
de un texto —orar oraciones
al finito deísmo, laicicidades,
torpeza moral, esto— si acaso
ocaso del alfabetismo, mutismo,
ruego, por eso mí trompa estéril
e intelectualista —¿cómo este versar
los efectos disformes de la distorsión
transitan madurez de fabricación
quebrada en el insomnio?—. Adiós
amores de carne y hueso, ánimas, si
es la luna y su brillo, si es entonces
ese paraje cierto, libreta, hoja, tinta,
marea, indómito tranzar el nombre de las letras.
Configuro, en este conflicto,
la episteme de nadie, este ser,
poema, ser, historia, seremos
colectivamente un olvido más,
entrecomillado, como entrecomillar
la frase que dice: “no eres una cita
de nadie porque no importas”.
Como la fugacidad del verbo, del alma,
como la fugacidad del espíritu,
como eso que llama, eso que es
el llamado de la sangre. Adiós
te amo, nunca dije, letras
déjenme morir tranquilo.
Categorías:Rómulo Pardo Urías escribe