Ahí donde se intenta
los días plasman luces.
El vericueto del silencio
abstrae la savia del amor.
¿Alguna vez hubo fe
suficiente para los evadidos?
Todo es un tiempo en espiral
que derriba los escombros
de las sociedades absolutas.
Quebrados los alientos
por la rendija de los soles
esparcimos voluntades
en este laberinto llamado eternidad.
Categorías:Rómulo Pardo Urías escribe