Esconde la verdad una tregua
del mundo, una realidad
de nosotros: realización
—si voz candil de caricias—
el inmenso destino apócrifo,
la clandestina esencia —huella
nuestra en el esquivo sopor—
que nuestra identidad esconde.
Lontananza: esparces turbios
axiomas eróticos
en mi cuerpo
como el invierno esparce
nieve en los polos.
Me cegues es un adiós
partido como sandía.
Los arrecifes de tu piel
son inaccesibles para mi bucear.
Todo es terrible, libertario,
adherente a la faz de una mirada.
Conquista el espejo fidedigno,
un lago y su vapor matutino,
la sonrisa de la luna,
sí lealtad: al enojo eternidad
de los defensores de la Luz.
Post tenebras lux el imán certero
de alientos entreverados.
Categorías:Blogging poético, Rómulo Pardo Urías escribe