No vendrá alguien
a decir que te ama,
no serán estrellas doradas
las flamas del amor.
Todos tenemos malos días,
así es la vida.
No hay herencia poetas
en este mundo
porque la palabra
no se deja vencer.
Poetas, sí, la palabra
nos conduce, pero no
habrá amor y amada,
en este territorio descifrado
en el instante de la desolación.
Poetas, no lloren, no giman,
no escriban, porque el mundo
no cambiará, eso es un hecho.
Poetas, los amo, siempre,
pero no es tiempo de nombrar,
es tiempo de olvidar, siempre
que los siniestros amores
nos han dejado petrificados
en el instinto solemne
de la desdicha.
Poetas, asuman, coloquen,
invoquen, todo es un tiempo
lejano que se distancia de nosotros.
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