Para Valery
Cuando cultivé la orquídea
solo pensaba en ti, en revolverme
en tus brazos, mi querida Valery.
Cuando llegaba esa tarde
mi mirada hacía temblar
el más prófugo recuerdo
de nuestro último andar,
mi querida Valery ¿cómo
te voy a olvidar? Si en mis
antagonismos presentes
no descifro encontrar
una persona más linda, tierna,
hermosa y cabal, como lo eres tú
ahora, en mi infinito peligro
por naufragar. Valery de mis ojitos
nunca te voy a olvidar,
si en estos días marchitos,
yo te pudiera abrazar,
Valery de mis adentros,
te abrazaría sin parar.
Categorías:Blogging poético, Rómulo Pardo Urías escribe, Romulaizer Pardo