Cifrar con palabras actos y hechos
es columpiarse en las lindes
de símbolos y signos entreverados
con la frente alta y los ojos puestos
hacia la faz de la historia y los recuentos.
Por si encima de los arrecifes de letras
la causa espanta, por si las tinieblas
decrépitas de los años conspiran,
por si el lecho de muerte es cálido,
los letreros existenciales conquistan
fauces silentes entre manantiales de voces.
Aunque sin duda el torrente sanguíneo
de los hechos nos es consciencia ni memoria
sino atisbar las caricias y los amores,
en la cúspide del lenguaje nos embelesa
la fatídica idea del conquistar la vacuidad.
Porque adentro del ojo y la mente
hablamos sorpresas ininteligibles
cuando rosamos los espectros fugitivos
dentro del marasmo del sentido:
significamos todo el tiempo algo desconocido
como cuando probamos por primera vez
el chocolate y nuestros signos caminan
torpes en las páginas blancas de lo eterno.
Acaso mordemos las orillas taciturnas
del esfuerzo y el verbo nos induce al error
porque verdades ensucian nuestro firmamento
alfabético, nuestro horizonte sordo
al rocambolesco andar de los instantes.
Entre las aguas frías del invierno
cobijamos en lecturas y autores
nuestras sienes casi perdiendo soplos
insignes en el trance deificado del sonido.
Consignamos las bocas a las letras
los espacios al silencio
las maromas sígnicas al tiempo
porque al final solo entendemos
lo poco que quedó en nuestra absurda mentalidad.
blogging poesía Romulaizer Pardo, Códice Digital de Romulaizer Pardo o Rómulo Pardo Urías
Al esconder la paciencia
