Más que medida de sílabas,
esparcimiento verbal o
versificación, poesía es creación.
Mucho más que símiles o analogías
como luz de sol que habita la vida
poesía es vivir y encabalgar
piezas de sentido en la oscuridad
de los tiempos y la barbarie.
Más que secretos anecdóticos
poesía germen y manantial
de letras y sonidos, de música
y formas, de ritmos y cadencias,
de armonías y figuras.
Semántica del acto y los hechos
poesía es horizonte abierto
a la fórmula de lenguaje
abridora de torrentes y caminos.
Poesía es amistad con las palabras
es también lucha y pugna
por el verso atrevido o enquistado
dentro de las fábricas del silencio.
Poesía es todo lo que pleno
arremete su contraste
contra el símbolo oscuro
de las experiencias. Poesía es signo
y cultura, abismo y espejo,
combate de formas y remanso:
es todo lo dicho no dicho,
todo lo escrito no escrito,
todo lo alzado al universo
como ofrenda a los ancestros
y a los vivos, como puente
que sutura las voces en el colapso
del día y el instante. Poesía es todo
aquello que irradia la tenebrosa marcha
de los instintos hacia la luminosidad
de los vientos y que en cada rincón
del alma textual del mundo
reescribe las certidumbres y los equívocos
como luna cambiante mes a mes,
como volátil respuesta, como profundidad
inacabable. Poesía es eso y todo aquello
que invita al embeleso rotundo
de alientos entreverados.
