Largas enunciaciones
invitaron al sol
del elixir omitido.
Como saltos ingrávidos
luces sacrifican
el designio de la poltrona
que de viejo es techumbre
de sueños y fantasías.
La suturada mancuerna
del pensamiento y la voz
cabalga indemne
en el inocuo mar
constructo llamado
oscuridades y la falta
inservible de mutis
asoma en las cornisas
del recuerdo andamios
turbios en el firmamento.
Laza la hora los perfiles
que roncan infértiles
como tijeras de voces
y en el devenir absoluto
la mortandad divina
escribe sus figuraciones
en los cuerpos de la eternidad.
Licuada la visión de los afectos
pasiones enquistándose en el territorio
del asombro indemnizan al viento
como la paga de salarios endebles
porque la primavera vuelve
cada vez a su guarida.
Entre las cejas del lenguaje
los átomos instintivos
que son fragmentos de memoria
acribillaron la soledad
en ese maremagnum insólito
que es la sorpresa de vivir
y respirar en cada impulso
las lánguidas uñas de la luz.

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