Es curioso el fluir y refluir de la vida. Particularmente cuando has tenido experiencias académicas diversas no siempre concluidas y satisfechas. Eso no niega que en el trayecto hayas conseguid colegas, amistades, cercanías. En ese espacio, más que productivista, humano, se tejieron formas y relaciones, amistades, inquietudes, pasiones, aficiones, intereses comunes. Haciendo la cuenta de mis años, pudiera se antropólogo, literato e historiador, licenciado en antropología social, lengua y literatura hispánicas e historia, aunque mi licenciatura solo sea en la última.
En mis trayectos escolares he encontrado diálogo y personas que me han cultivado y con quienes he podido intercambiar puntos de vista, inquietudes de distintos tipos. He podido construir con mayor solidez en los últimos tiempos, pero desde mis inicios universitarios, allá en el año 2000, logré tener inquietudes, afanes, relaciones. Nunca he sido de muchos amigos o grandes multitudes, pero sí de colegas. Poco a poco fui también entendiendo que podía relacionarme en proyectos y colaborar, contribuir. Gradualmente me involucré en proyectos y posibilidades de trabajo en equipo que me hicieron desarrollar habilidades: particularmente gramaticales y ortográficas, de revisión de textos, de manejo de blogs, edición de videos y audio, imágenes, entre otras varias. Todo suma.
De los y las distintas colegas que he tenido puedo decir que atraviesan varias generaciones, que oscilan de disciplinas y especialidades, que he contribuido en distintos aspectos y proyectos. Me siento contento porque al final todo se traduce en diálogo y aprendizaje, en construcción. Más que en ese tipo de monólogo que suelo tener muchas veces respecto a esos delirios de grandeza que me caracterizan o la falta y ausencia de reconocimiento a lo que hago. Gradualmente voy conquistando espacios y oportunidades, voy haciendo una trayectoria. Hace años me quejaba que no me invitaban a publicar y el año pasado me invitaron de Brasil de una reconocida universidad a participar en un libro con un capítulo. Se volvió realidad mi entonces deseo frustrado, fue cosa de esperar y seguir, persistir, insistir, perseverar.
Me voy manteniendo activo, intentando crear y solidificar un perfil propio, con más o menos cierto nivel, con más o menos cierta relevancia, con más o menos cierta claridad en mis logros y esfuerzos. Me falta mucho por hacer y por aprender, por construir, por trazar y ensamblar en mi trayectoria. Me falta terminar mi doctorado, mi tesis, mi investigación. Me falta mejorar mi conocimiento de idiomas. Me falta publicar en otras lenguas (quizás algo en inglés y tal vez en portugués e italiano). Me falta también certificarme en esas otras lenguas romances (portugués e italiano). Me falta también quizá obtener certificados en diseño editorial y manejo de software para esa tarea. Creo que ahí tengo una oportunidad para mejorar y hacer más amplio mi perfil profesional. Y mejorar también los contenidos de mi blog. Me falta dar clases, me falta tal vez no solo pensar en publicar, sino más llenar otros campos de mi perfil, tomar más cursos de preparación profesional, no sé, otras áreas. Pero las iré llenando y cubriendo conforme vaya y siga avanzando. De eso estoy seguro.
En el camino, espero, mantendré contacto y comunicación, espero también colaboración, con esos colegas, amigas y personas, que me han dado oportunidad de contribuir en proyectos y actividades, de relacionarme con grupos de trabajo, con organización de coloquios, con eventos, con proyectos y empresas editoriales, con una serie de actividades que no nada más representan marcas al curriculum sino que son experiencias de crecimiento, de aprendizaje y de diálogo, de construcción y de mejora como ser humano, profesional e individualmente.
