Basta de autoreflexión. ¿Qué hay por venir? Pues bien, hablemos de esos libros de escritura creativa por no dejar. Uno de ellos es la continuación de mi novela El olvidado Imperio Natdzhadarayama. La secuela que intentaría construir con esta segunda entrega tendría como punto de partida el final de este irreverente relato y la continuación de una serie de cabos sueltos de la primera parte. Sin mucho adelante, considerando un tiraje corto de 300 ejemplares, la idea sería ir dando cuenta de una secuencia narrativa de otro tipo, menos irreverente y chusca, menos erótica, más nostálgica, más sensible y emocional, más melancólica, un poco más azul, triste, pero con un toque igual de aventuras y una posibilidad de encontrar un destino, el del heredero imperial, al lado del amor. En este intento por ubicar otras dimensiones del relato, de esta ciencia social ficciones, me gustaría desarrollar otros elementos narrativos, en una condensación mucho más fina de la caracterización de los personajes, de las instancias espaciales y contextuales, de las dimensiones por ejemplo de las pugnas ideológicas y políticas de la caída imperial y los conflictos posteriores entre las diferentes facciones que devienen en el alzamiento del humanocentrismo.

En este mismo tenor podría pensar en el trabajo que sería bueno realizar de traducción al inglés de esta obra, que ya tengo una versión preliminar en lengua inglesa pero que necesita correcciones y revisiones. Se trataría de hacer ajustes y modificaciones, para poder lanzar en lengua inglesa la versión de esta primera entrega del Imperio y ver si encuentra lectores. Tarea inmenso porque muchos juegos del lenguaje se pierden, muchas ideas quedan sueltas y extraviadas, pero se trataría de encontrar otras oportunidades de dar dimensiones y dotar de sentido a la obra en general. en sí se trataría de poder ir vislumbrando ampliar la audiencia del libro a las posibilidades de lectores en inglés, tarea que interesaría para ver los alcances del trabajo. Pero bueno, eso sería respecto al trabajo creativo con mi tarea de narrador y novelista, con mi trabajo principal en la secuela de Natdzhadarayama, el universo imaginario que quisiera seguir desarrollando.

Otra de las posibles obras creativas que tengo en mente para desarrollar tendría que ver con un primer intento muy sólido y firme de exploración prosística ahora sí autoreflexiva y auto narrativa, autobiográfica, autoecuménica. Se trataría de buscar construir una obra oblicua, a partir de una indagación muy amplia y de lecturas profundas y solidas, para construir una entramado y malla de autores, obras, escuelas, posturas, para ensamblar una malla contextual a partir de la cual narrar. En ese sentido sería toda una autoexploración desde referencias externas para buscar una diálogo entre lo interior y lo exterior, entre las circunstancias y la vida mental, emocional y subjetiva. Tarea amplia y profunda, que requiere una gran madurez y que sería más bien una especie de programa de trabajo en distintas facetas, segmentado en varias disciplinas y quehaceres, que tendría que proponerse como una empresa de escritura por partes. En ese sentido tendría que ensamblarse como un plan de trabajo, un plan de lecturas, un plan de revisión y de acopio, un plan cronológico, para poder construir una serie de hitos, fechas, años, tiempos, contrastes, personajes, momentos, escuelas, ideas, puntos claves, que serían en gran partes considerados como el desarrollo de un diálogo inserto en una idea finisecular. Pero esta intencionalidad, este planteamiento tendría que desmontar una cierto cariz académico o academicista y otro creativo, buscar deconstruir mis dos universos escritúrales: el universitario y el creativo.

Un tercer trabajo creativo tendría que ver con una novela histórica, ambientada en los contextos del siglo XVIII o XIX, en los paraderos de mis trabajos de investigación, dentro de mis procesos de construcción del conocimiento. Como una novela histórica podría muy bien quedar definida a partir de mis hallazgos en torno a las sociedades del conocimiento y del saber en Nueva España y España, los intercambios entre los distintos virreinatos americanos, o la construcción de los espacios públicos de opinión en estos contextos. Sería poco antes de los movimientos independentistas o podría muy bien establecerse a partir de personajes inmiscuidos con el oficio de poetas, escribanos o escritores, pero dentro de controversias que tendrían que ver con el autor que investigo, el desarrollo del periodismo, las controversias sobre la ciencia y sus progresos, entre otros aspectos. Esta idea de novela histórica podría muy bien quedar plasmada como una narración en la cual podrían plasmarse los ideales o ideologías respecto a la educación de las mujeres, los ambientes de lectura, las sociedades de conocimiento y sociabilidad, pero ya no en términos disciplinares o académicos sino como un relato, donde se caracterizarían personajes, ciudades, locaciones, territorios, intercambios, obras, entre otros aspectos.

Así, por ideas y proyectos no paro. Por tiempo, sí. Pero en el fondo mis intentos y mis elaboraciones no pueden reducirse, debo concentrarme, debo aterrizar y concretar, debo delimitar y plasmar lo que está a mi alcance, y aunque dejar este registro de mis ideas, de mis proyectos, de mis intenciones sea algo benéfico, o al menos útil para mantener en la memoria de este sitio, de mi weblog y mi itinerio, al menos una especie de bitácora para próximos días de trabajo, aunque sean próximos días de años futuros, creo que no se pierde nada, al menos que un plagiario venga y haga mal uso de mis proyecciones, con escribir aquí lo que pasa por mi cabeza.

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