Rómulo Pardo Urías (2007)
A Mario Muñoz
Oscurecida señal de sangre,
escritura de una noche encendida en el suelo,
salto al abismo de cada mañana.
Los ángeles vuelan hacia la tierra:
deambulan
enamorados
enamoran
enamorar.
Ejércitos de cadáveres cubren la tierra
regenerándose el cielo con agua de plata.
La luz cegadora irrumpe: silencio
-la llaga de fuego escupe recuerdos-;
días venideros que no llegarán,
que fueron nostalgia de colmillos de azufre.
Amanece y un reflejo no llega al río.
Hoy salta la vida al infinito.