
Comenzar un año con perspectivas de cambio interesa para la búsqueda de metas nuevas. Este año pinta con mucho como la posibilidad de conquistar escenarios nuevos, mejoras personales y profesionales, actividad de escritura y lectura, conclusión de los estudios de posgrado, entre otros temas de interés. También la imagen público propia debe cambiar. Me he mantenido absorto en una especie de soliloquio autobiográfico que amerita transformarme, cambiar contenidos, hacer un esfuerzo de otro tipo para lograr un impacto diferente en la audiencia. Se trata de no escribir por escribir sino buscar una fuerza y aliento de otro tipo, una nueva ventana a posibilidades de acuerdo al proceso vivido entre 2014 y el presente.
He depurado mi blog, mi sito, necesariamente. He retirado la mayor parte de mis poemas, muchos de ellos plagados de errores, pero para una justa revisión. Estoy reformulando lo propio de las distemporaneidades y lo distemporáneo. Voy buscando algo más que un diario público que intima en vivencias y tiempos ya dislocados. Todo ese material me sirve para hacer una metacognición de mis procesos de escritura e intentar dar forma a un proyecto cultural, escolar, académico, creativo, con tintes que puedan ser útiles de mi audiencia. Trataré de ser más cauteloso, más dedicado, más meticuloso y más auténtico, original y propositivo, siempre desde el horizonte de la búsqueda.
