Decide luz nuestra ausencia
como trémula faz
de certidumbres anfibias
nombre de palaciegas caricias.
Descuella enarbolando
imán de los instantes
este océano de lenguas
para signar los lenguajes
en la urdimbre indómita
de lo finito. Arrecife de voces,
lontananza de misterios
cubre fértil esta ondonada
que somos cuando en los abismos
de espíritus pasados
dejamos la mirada prófuga
frente a su hacer de idiomas
oriundos del humanismo universal.
Rescoldo de silencios
mutismo enloquecida en el enjambre
de sus ires y venires
por los laberintos de los alfabetos
permite que leamos seguros
los escondites posibles
de esta muchedumbre letrada.
